Este texto fue escrito unas horas antes de mi cirugia de reimplante coclear
Cuando me dieron la peor noticia que recibí en mi vida. En marzo de 2020 tuve muchos bajones emocionales, fue un mes bastante duro para mí. Me encontraba tratando de entender el por qué me pasó esto. Preguntándome seguidamente que es lo que Dios quería enseñarme. Tenía pensamientos bastante negativos, uno de ellos era que ya no iba a poder escuchar nunca mi música preferida, además me entristecía el hecho que no iba a poder escuchar a mis sobrinos.
Me dedicaba a recordar que cada mañana solía levantarme de mi cómoda cama para escuchar el canto de los pájaros. Luego colocar la música a todo volumen para empezar mis días con mucha energía.
Hasta que en abril de 2020 me di cuenta que ya no podía seguir llorando por los rincones, por lo cual tomé la decisión de levantarme de la cama y pensar en soluciones para poder adaptarme al mundo del silencio. Para empezar debía que aprender a comunicarme a través de la lectura labial, la cual al principio me costó bastante, dado que cada persona tiene sus distintas formas de hablar, y me tomé el trabajo de adecuarme a cada una de ellas.
Debo reconocer que la llegada de la pandemia del Covid-19, complico aún más mi adaptación e integración a la sociedad debido al uso obligatorio del barbijo quirúrgico y además el inicio del aislamiento preventivo y obligatorio.
En estos tiempos difíciles para
todos, muchos recurren a la música en búsqueda de consuelo en la tristeza y
llegar a tener una sensación de plenitud y bienestar. La música es el vehículo
ideal para desarrollar la inteligencia emocional. No obstante, al no poder escuchar música,
empecé a buscar otras formas de motivarme
y aliviar mi alma. Me dediqué a ver películas y series subtituladas, leer
libros, realizar cursos de manera virtual y por ultimo decidí cursar la
licenciatura en hemoterapia. Hoy en día, gracias a mi esfuerzo y mucha dedicación
promocioné todas las materias y estoy realizando la tesina.
Luego de 17 meses sin escuchar se borró de mi memoria las voces de mi familia, pero lo extraño es que aún en mi mente siguen recordando las hermosas voces de mis cantantes favoritos. ¿Raro no?
A todo esto, finalmente logré entender que Dios quería enseñarme a no tener miedo y valorar aún más lo que tenemos. Toda experiencia por más dolorosa y difícil que sea te deja un aprendizaje que nos queda para toda la vida, nos volvemos un poco más sabios, más fuertes y más felices. En mi caso pude apreciar el silencio, encontrar otras pasiones y mejorar mi autoestima.
Cuando vuelva a oír también seré feliz, tendré el hermoso privilegio que no todos pueden tenerlo, estar en dos mundos, uno donde reina el silencio para poder apreciar lo que está a mi alrededor con los otros sentidos del cuerpo humano y un mundo con todos los sonidos de la naturaleza.
Dentro de dos horas me harán la cirugía, tengo varios sentimientos encontrados, me encuentro muy ansiosa, emocionada y con un poco de nervios. En el proximo post, les contaré como me fue.
Gracias por leerme. ¡Saludos! ❤
Muy lindo miky asi es todo incluye un aprendisajey pienso q podrias hacer un libro q bien podria llamarse las voces del silencio y perdon x ser entremetida y sugerirte hasts el titulo de tu futuro libro q dios t ilumine siempre y todo salga biem t quiero sobrina bella
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ResponderEliminarMientras leía lo que ha escrito me imaginaba todo y me di cuenta de muchas cosas que uno no valora te felicito por tu valor a la vida
ResponderEliminarNada se pierde, desde los momentos de felicidad hasta los momentos de tristeza, el hecho de poder ver lo maravilloso de cada experiencia es lo que nos hace felices, y me alegra que seas feliz. Muchas gracias por compartirnos aunque sea un poco de tu vida! Te envío bendiciones Micaela!
ResponderEliminar¡Tal cual! Muchas gracias por leerme . Te mando un abrazo fuerte :)
EliminarRecién leí la noticia. Me da mucha alegría que puedas oír nuevamente
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